La misión que tenemos por delante es la actualización de todos los principios sobre los que el Rabash escribió en sus artículos. Aunque nuestra naturaleza egoísta consiste en echarlos a un lado, es inevitable que tengamos que crear el Kli (la vasija) en la cual descubrir al Creador.
Nuestra misión consiste en construir un sistema que nos capacite para sentir la conexión entre nosotros, con la consiguiente necesidad de una conexión cada vez más fuerte. Sentir cómo la Luz Superior nos afecta y cómo el Creador es revelado en ella.
Es por esto que necesitamos estudiar los artículos del Rabash, crear una rutina para nosotros mismos, como base para un sistema virtual que nos vinculará a todos juntos. Cada uno tendrá que comprometerse a tomar parte activamente en el proceso espiritual a través del sistema. A estar conectado al sistema varias veces al día, incluso por cortos períodos de tiempo, y mediante esto conectarse con el grupo, con el propósito de la creación y con la “Torá como condimento”: la Luz que Reforma…
Debe quedar claro que a menos que hagamos un esfuerzo hacia esta meta, no importa cuán duro estudiemos, no estaremos capacitados para presenciar ningún resultado a partir de nuestro estudio, porque nos faltará el Kli. Podemos llegar a ser sabios, pero no ocurrirá ningún cambio esencial, un cambio que sólo puede ser hecho mediante la Luz que Reforma.
Por esto, el sistema debe incluir a la sociedad entera, y todo el mundo debe sumarse a éste y actualizarse, todo el tiempo. Porque este es el nuevo sistema de educación espiritual, el cual ofreceremos luego al mundo, ¡y debemos estar iniciados en él desde ya!
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La ley de raíz y rama
"Cada raíz espiritual tiene una rama en el mundo material…", nos dice el Ba'al Hasulam en un artículo que nos explica lo que es la sabiduría del mundo espiritual.
Cada mundo inferior
esta sellado por el mundo superior a él.
esta sellado por el mundo superior a él.
Por eso todas la formas
que hay en el mundo Superior,
en toda su cantidad y cualidad
se copian por completo y vienen
también al mundo inferior.
que hay en el mundo Superior,
en toda su cantidad y cualidad
se copian por completo y vienen
también al mundo inferior.
De modo que no tienes
ningún detalle de realidad
o de casos reales
en el mundo inferior
que no tengan su igual
en el mundo superior a él,
en forma equivalente
como dos gotas de agua.
ningún detalle de realidad
o de casos reales
en el mundo inferior
que no tengan su igual
en el mundo superior a él,
en forma equivalente
como dos gotas de agua.
Por eso es que se llaman
"Raíz y Rama"
o sea que ese detalle
que se encuentra en el mundo inferior
se considera como rama,
"Raíz y Rama"
o sea que ese detalle
que se encuentra en el mundo inferior
se considera como rama,
y su igual y equivalente
que se encuentra el mundo Superior
es la Raíz
del detalle inferior,
que se encuentra el mundo Superior
es la Raíz
del detalle inferior,
de la cual
se ha sellado y creado
ese detalle
en el mundo inferior.
se ha sellado y creado
ese detalle
en el mundo inferior.
estudiosdecabala.costarica@
1- No hay nadie más aparte de Él
Rabí Yejuda Áshlag
Shamati
(He Escuchado)
1. No Existe Nadie Aparte de Él
Lo escuché en Parashat Itró 1, el 1 de febrero de 1944
Está escrito: “No existe nadie aparte de Él”. Esto significa que no existe ningún otro poder en el mundo capaz de oponerse al Creador. Y la razón por la cual el hombre ve que en el mundo hay cosas y poderes que niegan (en apariencia) Su Poder Absoluto, se debe a que el Creador así lo desea.
Y éste modo de corrección se llama “la mano izquierda rechaza y la derecha acerca”; es decir, aquello que la izquierda rechaza es considerado una corrección. Esto significa que en el mundo existen cosas que, desde el mismo comienzo, apuntan a desviar al hombre del camino correcto, y por medio de las cuales es rechazado de (el camino de) la Santidad.
Y el beneficio de estos rechazos consiste en que por medio de ellos la persona recibe una necesidad y un completo deseo por el Creador, para que Él le ayude, puesto que ve que de otra manera estaría perdida. No sólo no progresa la persona en su trabajo, sino que ve que retrocede; o sea, carece de la fuerza necesaria para observar la Torá y las Mitzvot aun en Lo Lishmá (no en Su Nombre). Pues sólo superando todos los obstáculos de manera genuina, por encima de la razón, pueden observarse la Torá y las Mitzvot. Pero la persona no siempre posee la fuerza necesaria para sobreponerse por encima de la razón; por el contrario, se encuentra forzada a desviarse de la senda del Creador, ¡Dios no quiera!, aun tratándose de Lo Lishmá (no en Su Nombre).
Y aquél que siempre siente que los momentos de “rompimiento” son mayores que los de entereza; es decir, que existen muchas más caídas que ascensos, y no ve un final a estos estados, cree que permanecerá para siempre al margen de la Santidad, pues siente que es demasiado difícil para él observar la Torá en lo más mínimo, a menos de poder trascender por encima de la razón. Pero no siempre es capaz de conseguirlo; por lo tanto, ¿cual será el fin de todo esto?
Entonces, finalmente determina que nadie puede ayudarle aparte del Creador Mismo. Esto le lleva a realizar una sincera petición de corazón al Creador para que éste le abra los ojos y el corazón, y ciertamente le acerque más a la eterna adhesión con Dios. De esto se deduce que todos los rechazos que había experimentado, habían venido del Creador.
Esto significa que no se debía a que estuviera en falta el hecho de que no tuviera la capacidad de sobreponerse a los obstáculos. En cambio, para aquellas personas que verdaderamente desean acercarse al Creador, y que por tal motivo no andarán con pequeñeces, es decir, no permanecerán como niños insensibles, les será brindada ayuda desde Arriba (el Cielo) para que no puedan decir: “Gracias a Dios, tengoTorá, Mitzvot y acciones de bien; por lo tanto, ¿qué más puedo necesitar?”
Y solamente si una persona posee un sincero deseo, recibirá ayuda desde Arriba. Y constantemente se le muestra en qué manera se encuentra en falta en su estado presente. O sea, se le envían pensamientos y opiniones que están en oposición con el trabajo. Esto tiene por finalidad hacerle ver que él no es Uno con el Señor. Y en la medida en que consigue sobreponerse, siempre ve de qué forma se encuentra más lejos de la Santidad que los demás, aquéllos que se sienten Uno con el Creador.
Pero él, por otra parte, siempre tiene quejas y reclamos, y no consigue justificar el comportamiento del Creador, y cómo Él se comporta con respecto a él. Esto le provoca dolor. ¿Por qué no es Uno con el Creador? Finalmente llega a sentir que no participa de la Santidad en modo alguno.
Aunque uno ocasionalmente recibe “despertar” de Arriba que le ayuda a revivir momentáneamente, enseguida después vuelve a caer al punto de partida. No obstante, esto es lo que lo lleva a descubrir que sólo Dios puede ayudarle y acercarle.
Un hombre siempre debe tratar de apegarse al Creador. Esto significa que todos sus pensamientos deben orientarse hacia Él; y que aun encontrándose en el peor estado, un estado del cual no pueda concebirse un mayor descenso, no debe abandonar Su dominio. O sea, no debe concebir que exista otra autoridad que le esté impidiendo entrar en la Santidad, y que sea capaz de causar beneficio o daño alguno.
Esto significa que no debe pensar que existe la fuerza de la Sitra Ajra (el Otro Lado) impidiéndole ejecutar buenas acciones y seguir la senda de Dios. En cambio, todo es llevado a cabo por el Creador.
El Baal Shem Tov decía que aquél que sostiene la existencia de otra fuerza en el mundo, o sea las Klipot(cáscaras), se encuentra en un estado de “estar sirviendo a otros dioses”. No es necesariamente el pensamiento herético el responsable de la transgresión. Pero si él cree que existe alguna otra autoridad y fuerza aparte del Creador, de esta forma él ya está cometiendo un pecado.
Sin ir más lejos, aquél que sostiene que el hombre es dueño de su propia autoridad y que afirma que él mismo fue quien ayer no deseó seguir la senda del Creador, también está pecando de hereje. Esto se debe a que no cree que sólo el Creador sea quien guía al mundo.
Pero cuando comete un pecado, ciertamente debe arrepentirse y lamentarse por haberlo cometido. Pero también aquí debemos colocar al dolor y a la pena en el lugar que les corresponde; es decir, ¿dónde encuentra la causa de ese pecado? Pues éste es el punto respecto del cual se debe lamentar.
Entonces, uno debe arrepentirse y decir: “He cometido ese pecado, porque el Creador me arrojó desde ‘la Santidad’ a un lugar de suciedad; a la letrina; o sea, al sitio de la mugre”. Esto significa que el Creador le dio a uno un deseo y un anhelo para (poder) disfrutar y respirar el aire en un lugar pestilente.
(Y podríais afirmar que en los libros está escrito que a veces uno llega encarnado en un cerdo. Debemos interpretar esto, como él dice, entendiendo que aquí uno recibe un deseo y anhelo de extraer vida de aquéllas cosas que previamente había considerado meros deshechos; pues ahora desea nutrirse por medio de ellos).
Además, cuando uno siente que ha llegado a un estado de ascenso, y percibe cierto “buen sabor” del trabajo, no debe decir: “ahora me encuentro en un estado en el cual comprendo que vale la pena adorar al Creador”. En cambio, debe saber que en ese momento ha sido favorecido por el Creador, y por lo tanto Él lo acercó más a Sí Mismo; y que ésta es la razón por la cual en ese momento percibe un “buen gusto” del trabajo. Y debe cuidarse de jamás abandonar el dominio de la Santidad afirmando que exista alguien más que esté operando aparte del Creador.
(Pero esto significa que en cuanto a ser favorecido por el Creador, o lo contrario, esto no depende de la persona misma, sino sólo del Creador. Y el hombre, con su mente externa, no puede comprender por qué razón el Señor lo ha favorecido en ese momento y no después).
Del mismo modo, cuando lamenta que el Creador no lo acerque hacia Él, también debe cuidar en qué sentido lamenta este distanciamiento respecto del Creador. Pues si lo hace en vista de su beneficio personal, entonces se estaría convirtiendo en un receptor “para sí mismo”, o “para su propio beneficio”; y quien recibe, está separado de Él. En cambio, debe lamentar el exilio de la Shejiná (Divinidad) por el hecho de estar causándole aflicción a ésta.
Uno debe tratar de imaginar como si se tratase de un pequeño órgano que se encontrase enfermo en la persona, donde ciertamente el dolor es percibido básicamente en la mente y en el corazón. El corazón y la mente representan la totalidad del hombre. Y por cierto, la sensación de un solo órgano no representa la sensación del dolor general. De este modo, decimos que existe aflicción en la Shejiná cuando los órganos son apartados de sí misma, y ella no puede darles su nutrición.
(Y debemos afirmar que esto es lo que dijeron nuestros sabios: “Cuando un hombre se lamenta, ¿qué es lo que dice la Shejiná? ‘Oprobio a mi cabeza; oprobio que viene de mi diestra’”. Pero al no vincular la pena de esta lejanía a sí mismo, uno se salva de caer en la trampa del deseo de recibir “para sí mismo”, que es considerado “separación de la Santidad”.
Lo mismo aplica cuando uno siente cierta cercanía con el estado de santidad; es decir, cuando siente alegría por haber sido favorecido por el Creador. También entonces uno debe sostener que su deleite se debe principalmente a que ahora existe deleite Arriba, en la Santa Shejiná, al haber conseguido traer de regreso a su lado a ese órgano particular, en vez de haberlo tenido que alejar de su lado.
Y uno obtiene placer del hecho de ser recompensado con poder deleitar a la Shejiná. Esto está en concordancia con el cálculo superior que dice que cuando hay deleite para la parte, es sólo una parte del deleite del todo. A través de estos cálculos, uno pierde su individualidad y evita quedar atrapado por laSitra Ajra, que es el deseo de recibir “en beneficio propio”.
Sin embargo, el deseo de recibir es necesario, puesto que de él consiste el hombre por completo. Esto se debe a que cualquier cosa que exista en una persona aparte del deseo de recibir, no pertenece a la creatura, sino que se le atribuye al Creador. Pero el deseo de recibir placer debe ser corregido invirtiéndolo hacia el otorgamiento.
Esto significa que el placer y el deleite que el deseo de recibir consigue, debe corresponder con la intención de brindar deleite Arriba cada vez que la creatura sienta placer, puesto que éste había sido el propósito (original) de la Creación: beneficiar a Sus creaciones. Y esto se llama “el deleite de la Shejiná Arriba”.
Por esta razón uno debe procurar consejo respecto de cómo puede causar deleite Arriba. Y por cierto, si uno recibe placer, también se sentirá Arriba (en el Cielo) contento y satisfacción. Por eso, aspira a estar siempre dentro del palacio del Rey, y a ser capaz de jugar con los tesoros del Rey. Y eso, por supuesto, provocará contento y satisfacción Arriba. De esto se desprende que todo su anhelo debe estar orientado exclusivamente hacia al Creador y para Su deleite.